El 16 de mayo de 2014, el Real Madrid endosó al Barcelona una de las derrotas más duras de toda su historia. Igual que ocurre este año en Belgrado, los dos colosos del baloncesto español chocaban en semifinales de la Final Four. En aquella ocasión, el escenario era el Mediolanum Forum de Milán, donde se esperaba un Clásico muy igualado. Así lo fue durante el primer cuarto, que acabó empatado. En los tres siguientes, los blancos, liderados por Nikola Mirotic y Sergio Rodríguez, arrasaron sin contemplaciones.
El marcador de aquel encuentro no deja resquicio a la duda: 100-62. La friolera de 38 puntos de diferencia. Una rareza extrema a esas alturas de la competición, donde solo sobreviven los mejores. De aquel partido, solo quedan cuatro supervivientes: Sergio Llull, Rudy Fernández, Álex Abrines y Nikola Mirotic. Ya desaparecieron de los Clásicos ilustres como Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, Jayce Carroll, Ante Tomic…
Tampoco estará el ‘Chacho’ Rodríguez, máximo anotador aquel día con 21 puntos, aunque fue Mirotic quien alcanzó la máxima valoración (27). Con el dorsal 12 en la camiseta blanca, el hispano-montenegrino registró 19 puntos con una sobresaliente tarjeta en el tiro (4/4 en tiros de dos, 2/4 en triples y 5/6 en tiros libres), 4 rebotes, 1 asistencia, 1 tapón y… ¡8 faltas recibidas!
Sin embargo, el Maccabi Tel Aviv superó al Real Madrid y Mirotic se marchó poco después de la capital española, rumbo a la NBA, con la Euroliga como espina clavada. Fue el único título que no ganó a las órdenes de Pablo Laso. Tampoco en 2013, cuando el guión de la Final Four de Londres fue muy similar: los blancos tumbaron al Barça en semifinales con un gran Felipe Reyes, en un duelo mucho más ajustado (72-67), pero el Olympiacos les apartó del título en la final. El Real Madrid por fin se desquitó en 2015 levantando su novena Copa de Europa en el Palacio de los Deportes, pero Mirotic lo vio desde Chicago.